Статья в журнале "ТВиТеленовеллы", приуроченная к 40-летию карьеры Вероники.
Chiquita, pero famosa
Verónica Castro recibió homenaje
Mezcalent.com
Verónica Castro rompió con el tabú de que para ser bella había que ser alta
María Elena Venant, Univision Online
La llaman La Chapis, La Ojiverde o simplemente, La Vero. Su rostro es conocido desde Rusia hasta el Japón, fue la primera diva de las telenovelas, pero Verónica Castro es famosa por su voz, por sus programas de variedades, por sus amores y por haber demostrado al mundo que chiquita no quita lo sensual y que para triunfar no se necesita ser giganta. Por ese motivo, este año se le ha otorgado un trofeo TVyNovelas por su exitosa trayectoria
El "comodín"
Los ojos verdes de Verónica Judith Sainz Castro se abren por primera vez en el DF mexicano un 19 de octubre de 1952. Es la mayor de cuatro hermanos que incluyen a Beatriz, actriz y diseñadora de modas, y al famoso José Alberto “Güero” Castro, productor de telenovelas. La familia Sainz Castro es de clase media baja. Ambos padres trabajan. Las circunstancias se vuelven más apretadas tras el abandono del padre, pero los hijos cierran filas en torno a su madre, Doña Socorro. Es así que cuando se hacen famosos prefieren usar el apellido materno antes que Sainz.
Verónica a los quince años, es linda y desborda talento. De chiquita ha soñado con ser vedette, pero de nada le vale su belleza ni haber sido nombrada reina de la primavera a los 12 años. No hay dinero para costearle la carrera artística. La pequeña no se amilana. Convence a un político para que sea su padrino artístico. Pronto La Vero y su hermana Beatriz están estudiando en la prestigiosa escuela de actuación “Andrés Soler”. Ahí la descubren los de la revista “Chicas” y Verónica se convierte en modelo de fotonovelas.
A punta de esfuerzo, escala un espacio en el mundo artístico. Consigue pequeños roles de extra en telenovelas y participación en programas de televisión como “Operación JaJa” donde conocerá al cómico Manuel “Loco” Valdés quien tendrá gran influencia en su vida. Tanto hace programas infantiles con Chabelo, como publicita productos o se la ve por los pasillos de Televisa a la espera de lo que caiga.
Es tanto su ahínco por trabajar en el medio, y su flexibilidad para hacer de todo que la apodan “El Comodín”. Al mismo tiempo que recorre los centros nocturnos con su hermana con quien forman el grupo “Las Cris Chapis Pops”, termina sus estudios secundarios y estudia locución. En 1970, se convierte en el Rostro de El Heraldo. El maestro Armando Manzanero reconoce su bella voz y la encamina por el camino de la música. Verónica tiene a su haber una amplia producción musical. Su último disco fue Por esa puerta (2006)
En 1974 su vida cambia, cuando nace Christian, su primer hijo. Aun en su medio, en esa época ser madre soltera era un estigma. El hecho de que se desconozca el nombre del padre del bebe, crea una serie de especulaciones y habladurías no muy felices para la reputación de la Vero. El padre del niño es el Loco Valdés, pero el comediante se niega a reconocerlo. Mucho menos a apoyar a la madre. El embarazo aleja a La Chapis del medio artístico aunque continúa sus estudios en la UNAM de donde se licenciará en Ciencias de la Comunicación. Tras el nacimiento del bebé, su regreso al mundo de la farándula es difícil. Incluso tiene que comenzar desde cero, pero hay un nuevo espacio que la espera: las telenovelas
La devora-hombres
A mediados de los 70’s, Verónica Castro tenia bastante experiencia como actriz. Incluso había protagonizado dos filmes: “El arte de engañar”, donde realizó el único desnudo de su carrera, y “La fuerza inútil” (1972). En esta película donde interpretaba una joven hippie que trágicamente manipulada por un hombre mayor, La Vero demostraba su talento histriónico que fue desaprovechado en la pantalla grande. Durante el resto de la década, se le hace actuar como “ornamento” en rancheras y musicales donde invariablemente sirve de compañía al cantante de moda (José José, Juan Gabriel, Cornelio Reyna y otros) que protagoniza la historia. Una excepción será “Chiquita, pero picosa” (1986) un rol como hecho a su medida, donde da rienda suelta a un sex-appeal cómico y espontáneo, ya que tal como el titulo, su personaje es menudo, pero sensual.
Aunque Verónica había trabajado en El Departamento de Enfrente, en 1972, su primer rol importante de telenovelas será en Barata De Primavera (1975) donde dará vida a la coqueta y ambiciosa Karina, prima de la protagonista. Siguen a este un par de roles de niña buena y boba en Mañana Será Otro Dia (1975) y Pasiones Encendidas (1977). Su gran oportunidad le llega a fines de la década y se llama Los Ricos Tambien Lloran. Esta telenovela hará reconocible el nombre Verónica Castro en cinco continentes. En muchos países, a la telenovela se la llamará “Mariana”, el nombre de la protagonista.
En su papel de Mariana, la Vero da rienda a su talento cómico y su habilidad para retratar personajes populares. A medida que la novela se transforma en un lacrimógeno drama maternal, La Vero demuestra que puede “llorar bonito”. El éxito de Los Ricos Tambien Lloran coincide con un tórrido romance de la actriz con el empresario Enrique Niembro, padre de Michel, el segundo hijo de la actriz. El próximo proyecto de Verónica Castro será familiar, puesto que trabajará junto a sus hijos y a su hermana. Se trata de una nueva versión del clásico El Derecho de Nacer.
No hay muchas esperanzas en esta telenovela. Existen ya demasiadas versiones del mismo cuento. Sin embargo, gracias al cuidado de Ernesto Alonso, de un destacadísimo elenco y de una esmerada atmósfera de época que recrea el Veracruz de los 50’s con sus prejuicios morales y raciales, esta es la versión definitiva de la historia de Félix B. Caignet. En su rol de Maria Elena Del Junco, hija de familia, pecadora, madre soltera y monja, Verónica Castro obtiene su mejor papel. La moda de los 50’s realza su belleza y contribuye a que la novela sea un éxito. El Derecho tambien fue inmensamente popular en el extranjero y provocó otro cambio en la vida de la actriz.
De Argentina la llaman, ofreciéndole un contrato millonario. Verónica empaca a su familia y se traslada al País de las Pampas a filmar una telenovela titulada Verónica: El Rostro Del Amor. Esta basada en Mi Dulce Enamorada, un guión brasileño, que cuenta las aventuras de una huerfanita que viaja con un parque de diversiones ambulante y se enamora de un estudiante millonario lo que la involucra con su siniestra familia.
La novela no parte con buen pie. No hay quimica entre La Chapis y German Krauss su galán. Si la hay entre ella y Jorge Martínez, quien interpreta un personaje secundario. Pronto es un secreto a voces: La Vero y Jorge se entienden. Corre el rumor de que el actor ha abandonado a su familia por ella. Para aprovechar las hablillas, se destierra a Krauss y rescribe la historia convirtiendo a Fabio (J. Martines) en el galán. La telenovela no tiene un gran éxito, pero establece la imagen de Verónica Castro como devora-hombres.
El caso se repite con Cara A Cara, su próxima telenovela. El galán Pablo Alarcón es desterrado, a favor de un secundario interpretado por Daniel Guerrero, a quien los chismes señalan como el nuevo amor de la mexicanita ojiverde. La fama de Verónica Castro sube como espuma. Se la llama de Italia para protagonizar una telenovela alla. Vuelve a la Argentina donde hace Yolanda Lujan y Amor Prohibido junto al galán venezolano Giancarlo Simancas, pero ya La Vero está extrañando México.
Reina de la noche
De vuelta a México, Verónica Castro comienza un nuevo proyecto. Tampoco parece tener buenos augurios. Interpreta un rol muy parecido al de Mariana, en Los Ricos Tambien Lloran. Más encima, Guillermo Capetillo, quien fuese su hijo en esa novela, ahora será su galán. ¿Le creerá el público a La Chapis haciendo de quinceañera? Le creen y Rosa Salvaje se vuelve un mega-éxito. Lamentablemente, las telenovelas subsiguientes no cuentan con tan altos ratings. Mi Querida Soledad, donde interpreta un doble papel, y donde además sostiene un romance dentro y fuera de la pantalla con su galán Omar Fierro, pasa sin pena ni gloria.
En Valentina, hay que matar a su personaje y resucitarla como su gemela, la taxista Angelita, otro clon de Rosa Salvaje, un personaje que el público asocia con la Chapis.Mención aparte merece la malograda Pueblo Chico, Infierno Grande. Esta bella producción de época se caracteriza por impecables diálogos y personajes en una sombría historia de amores trágicos en el Michoacán post-revolucionario. Tristemente, la producción del Güero Castro fracasa en los ratings debido a una falta completa de quimica entre La Vero y Juan Soler, su galán, y a un vestuario anacrónico y francamente feo que no realza la ya legendaria belleza de la actriz.
Ninguno de estos tropiezos afecta la tremenda fama, ya mundial, de Verónica Castro. Se ha convertido en un icono de telenoveleros de todo el mundo. Sus canciones, sus romances, su imagen perduran. Incluso, sigue siendo la reina de la televisión ahora en su faceta de conductora. Las noches de Televisa tienen un rostro y es el de la Vero. Entre 1989 y 1996 conduce cinco programas nocturnos: "¡Mala Noche…No!"; ¡"Y Vero América Va!"; "La Tocada"; "En La Noche" y "La Movida".
En el Siglo XXI, se ha mantenido un poco retirada, aunque animó el reality show Big Brother. Hace poco hizo una aparición especial en Código Postal y se espera que participe en Amor Sin Maquillaje. Últimamente, ha tenido algunos problemas de salud y tristezas personales. Aunque la “chiquita pero picosa" ha protagonizado melodramáticos romances, peleas publicas como la sostenida hace dos décadas con Lupita D’Alessio en una peluquería y una longeva rivalidad con Lucia Méndez, nada ha opacado su aura de buena madre y de mujer que antepone su familia a todo.
La Vero ha apoyado siempre a su primogénito Cristian, hoy un famoso cantante, pero no aprobó su matrimonio con la abogado argentina Valeria Liebermann. Esto ha llevado a una serie de rencillas y dimes y diretes que la prensa aprovecha muy bien. No obstante, nada afecta la popularidad bien ganada de la actriz ni el cariño de un publico que sigue considerándola idola máxima de las telenovelas. Es por eso que este año los Premios TVyNovelas le otorgaron a La Chapis un trofeo-homenaje por su impresionante trayectoria.